9 trucos para sacar de quicio a un fotógrafo

Ahora que todo el mundo tiene como mínimo una cámara de fotos, sea del teléfono móvil o una réflex de última generación, cualquiera se siente fotógrafo. Las cosas no son así. Por tener un piano no eres pianista ¿verdad? Pues con la fotografía igual. 

Sin embargo, esta masificación de fotos y cámaras en cualquier esquina ha hecho que no se le de el valor que se merece al oficio de la fotografía. Este es en principio el detonante de que cada vez es más difícil vivir de la fotografía, pero esto no es lo peor. A lo largo de nuestra jornada laboral, frecuentemente nos encontramos con gente que parece tener una habilidad especial para sacar de quicio a un fotógrafo. ¿Inconscientemente? Tal vez sí, o quizás no. Seguro que hay de todo.

Cómo sacar de quicio a un fotógrafo en cuestión de segundos

• Coger y utilizar fotos sin su permiso. No es solo que nos de rabia, ¡es que es ilegal! Desde el momento que una foto la ha realizado “alguien” sea fotógrafo profesional o no, los derechos son de su autor. Por lo tanto, para cualquier tipo de utilización, como mínimo se debería notificar al autor solicitando permiso para usar su foto. En serio, no te cuesta nada. Y así de paso evitas problemas.

• “Ya que estás aquí…” Vas a hacer un trabajo fotográfico, terminas y de pronto “Ya que estás aquí ¿haces unas fotos generales a la tienda para que las ponga en mi web?” “Por supuesto, te las incluyo en la factura” “Ah… esque… ¿hay que pagarlas? Te lo decía porque ya estás aquí, pues… no te cuesta nada”. Fotógrafo si te dicen esto, que es más habitual de lo que te crees, huye.

• “Con esa cámara yo también haría buenas fotos”. “Adelante cógela y haz buenas fotos”. “Emmm, ¿para qué sirven estos botones?”. Pues eso.

• “Con Photoshop yo también”. “Adelante, siéntate y hazlo”. “Emmm…” Más de lo mismo.

• Salir de fiesta con tus colegas, te lo estás pasando en grande, hasta que… “¡Vamos a hacernos una foto! ¡Que nos la haga Ainara que es fotógrafa!” Haces una foto, guardas la cámara (del móvil) y a los 30 segundos “¡hazme otra foto con este!”, sacas el móvil, haces la foto, la guardas y de ahí a un minuto “¡hazme una foto con este otro!”, sacas el móvil, haces la foto, la guardas, y a los 10 segundos “¡ayyy mira si está mi prima! ¡Hazme una foto con mi prima!”. Al día siguiente tienes como 200 fotos de tus colegas pasándoselo en grande y en ninguna apareces tu (bueno sí, en un selfie que os hicisteis al principio).

• “¡Hazme una foto para ponerla Facebook!”. Le haces la foto. “¡Uuuufff qué mal aparezco! ¡Hazme otra!” Le haces la foto. “Es que me veo fatal, ¡hazme otra!” Le haces la foto. “Mira con qué cara me has cogido, ¡hazme otra mejor!”… Y así el cuento de nunca acabar. Fotógrafo, si te ves en esta situación, antes de que te tires de un puente te doy una solución eficaz. Dile: “No sales mal en la foto, eres así”.

• “Luego me retocas en Photoshop y ya está”. No coment.

• Se ponen en contacto contigo desde un medio de comunicación porque quieren publicar una foto que has subido a Twitter. Te dicen que no te van a pagar, pero que pondrán tu nombre en el pie de foto para que la gente sepa que la has hecho tu. “Sí claro, seguro que eso me saca de pobre”.

• Clausulas abusivas en los concursos de fotografía. Bueno, dejémonos del cachondeo y pongámonos serios. Hay concursos que pretenden ampliar su archivo fotográfico gratuitamente a costa del trabajo de los fotógrafos. Para ello ponen un premio irrisorio al que el ganador accederá a cambio de cederles todos los derechos de la foto. Ojito con esto.